Supuso que se refería a "invoqué" en facebook, al contrario escribió con una ortografía muy precaria "enboque" en su lugar:
" Te enboque y me ablaste pienzo en tí siempre"
Helena
leyó la frase en alto dándole sentido y corrigiendo mentalmente como
creyó sería adecuado "Te invoqué y me hablaste, pienso en ti siempre"
Trabaja en un call center, en la sección de reclamos, desde ahí se
mantiene conectada a facebook durante las 8 horas en que se extiende su
jornada laboral mirando vidas ajenas, viviendo historias ajenas.
Entre queja y queja verifica si alguna nueva notificación se asoma por
la barra azul, pero nunca son más que invitaciones a juegos estúpidos
que solo logran recordarle lo inherte que es su vida social.
Meditó
nuevamente en torno la frase y en voz baja repitió "Te invoqué y me
hablaste, pienso en ti siempre" Como tantas veces a Helena le dieron
ganas de cerrar definitivamente su cuenta en esa página, pues claro,
ella no tenía a nadie que le escribiera en su muro ni siquiera con
faltas de ortografía, no tenía a nadie que la invocara o enbocara ni
mucho menos que se la embocara. Pensó entonces si acaso prefería tener
a su lado a un punga, a un delincuente, a cualquiera que pudiese
avergonzarla con tal de no estar sola nunca más. Y lloró, lloró con
rabia porque sabía que no podía hacerlo aún si así lo quisiera y
garabateó al aire, y se garabateó a sí misma como no lo había hecho
jamás con ninguno de los iracibles personajes que la insultaban trás la
línea culpándola de todas sus tragedias pero ¿Qué culpa tenía ella? !Qué culpa tengo yo!
Apagó el computador , ya era hora de irse.
Un
poco más serena buscó entre sus cosas la tarjeta Bip, luego de un rato
de trajinar en todos los bolsillos y asumir que definitivamente la había
perdido, imaginó lo que haría para devolverse a su casa. No tenía
problema en no pagar , pediría permiso y avanzaría rauda hacia el final
de la micro, sin embargo decidió por primera vez en todo el tiempo que
llevaba trabajando ahí que simplemente caminaría . La verdad es que no
eran muchas cuadras a lo más cinco estaciones de metro. Helena se abrigó
y salió a la calle , a poco andar una frase volvió a atormentarla pero
ya había llorado suficiente en la tarde por eso esta vez contuvo el
desborde y la enfrentó ... y entonces creo que entendió, pues
lentamente comenzó a levantar el rostro tan alto como pudo y miró a la
gente a la cara y no se avergonzó y pasó las cinco estaciones y siguió
sin destino pues sabía que con cada paso la noche la absolvía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario