N.N (Caduco)

Tengo veinte. Y estoy a siete años de alcanzar la edad en que fallecieron aquellos que trascendieron en la memoria masiva. Tengo veinte y mi senda sigue abriéndose hacia lugares marginales e ignorados; que por más que la muerte me alcanzara a los 27, difícil se le haría primero encontrarme en las forasteras sombras de un universo redundante. Tengo veinte y podría vivir ochenta y mantenerme secreta bajo el velo extenso del anonimato, compartiendo mis últimos lamentos en sectas geriátricas hasta que el abrazo entre familiares llorosos despabile el sueño y sea entonces cuando el "No somos nada" alcance su máxima expresión y te termine de enterrar como la ficción sin rostro, como el famoso que no fuiste, como el recuerdo inexistente para un mundo repetible.