domingo, 6 de junio de 2010

L.S.D


La luna de neón
explota en una mar lumínico de jugo incandescente,
bañando
los ansiosos cuerpos que convulsionan en torno a la ardiente fogata.
Soy testigo de como el lamento del humo llena de cenizas la atmósfera de ésta,
la última noche.




Anestesié mi cordura y lealtad bajo una tribal melodía sin sentido...
Ahí vamos de nuevo.

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